16-Septiembre-2015 – En los últimos años hemos podido observar cómo el mundo de los videojuegos ha cambiado de forma radical. Se ha expandido, normalizado e introducido en nuestras vidas. Ahora los jugadores de videojuegos ya no son (o al menos, ya no son “solamente”) esos jóvenes inadaptados socialmente, encerrados en su habitación todo el día, pulsando botones de forma frenética hasta altas horas de la madrugada.
Podemos ver a gente jugando con videojuegos en el metro, en la sala de espera del médico, al llegar a casa después del trabajo… Esto está haciendo que en España la industria del videojuego sea una de las que más está creciendo (con un volumen de facturación en 2014 de 413 millones de euros, más de 400 empresas censadas y un aumento del volumen de empleo del 28% interanual).
En cuanto a los retos para el futuro, están el atraer a nuevos públicos como las mujeres (que en este momento son minoría), o las personas mayores. También se está avanzando en las gafas de realidad virtual, que dentro de poco se popularizarán. Y en planteamientos nuevos, como facilitar a los jugadores la posibilidad de crear sus propios videojuegos, compartir en las redes, etc.
En definitiva, un futuro fascinante que nosotros apoyamos efusivamente.
