9-Agosto-2019 – Poco ha durado la alegría. En los seis primeros meses de 2019, la compraventa de viviendas ha registrado el mismo número de transacciones que en el primer trimestre del año anterior, tras varios años en los que se producían importantes subidas. Y si nos fijamos solamente en el mes de junio, la cifra cae un 9% respecto del mes de junio del año anterior.
Se especula con la posible influencia de factores externos que pueden haber contribuido a la inestabilidad del mercado inmobiliario. Por ejemplo, la ley del Tribunal Supremo de finales del año pasado, que obliga a los bancos a correr con los gastos de la hipoteca (si bien, ya sabemos que han tardado muy poco en repercutir este incremento de gasto en los clientes, de forma indirecta). O también, la nueva ley hipotecaria, ya en este año. A todo esto habría que añadir la incertidumbre política.
En MATRADI, lógicamente, estos datos nos preocupan. Vemos como los diferentes analistas y estudiosos buscan explicaciones a este fenómeno… Sin embargo, nosotros hacemos la siguiente reflexión: ¿Cómo es posible que nadie se haya planteado como una posible causa para la bajada en la venta de viviendas, el encarecimiento galopante que se ha producido en los últimos años?
Y es que vemos cómo la subida del precio medio de las viviendas, es algo que alegra mucho a los promotores, los bancos, los especuladores… Es decir, a todos menos a los compradores. Por supuesto, no decimos que ésta sea la única causa para el frenazo en la venta de viviendas pero, ¿no podría ser que, simplemente, los compradores se hayan hartado de que este producto de primera necesidad dispare sus precios en cuanto empieza a quedar atrás la crisis?
Rogamos que alguien, por favor, reflexione sobre esto.