9-agosto-2018 – Se está produciendo un incremento en el tanto por ciento de compradores que optan por una vivienda nueva, en lugar de una vivienda de segunda mano.
Esto es una buena noticia para nosotros, y el mundo de la construcción en general. Por un lado, nos parece bien que haya un incremento en la demanda de viviendas, palpable en los últimos años. Pero hasta ahora casi todo este incremento iba dirigido a la vivienda usada. La demanda de vivienda nueva, en cambio, tiene una repercusión mucho mayor en la creación de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos.
Nadie quiere, por supuesto, caer en el delirio de los tiempos de la burbuja inmobiliaria, con urbanizaciones y bloques de viviendas construidos a veces en emplazamientos sin sentido, en medio de la nada, con campos de golf fantasmas, con macro urbanizaciones de 20.000 viviendas en municipios de 1.000 habitantes. En muchas ocasiones, sin una infraestructura para los servicios básicos como el abastecimiento de agua potable, o simplemente con un acceso complicado.
Lo único que deseamos es que se vuelva a una cifra de construcción que sea razonable. Que se construya simplemente un número de viviendas al año que sea la respuesta a la demanda de los ciudadanos. Ni más, ni menos. Y si puedes ser, a unos precios razonables. Siempre diremos que nos parece mal la escalada de precios dado que tiene un doble efecto negativo: Atrae a los especuladores que compran viviendas sólo como un negocio (tirando a su vez de los precios hacia arriba) y aleja a las personas que realmente necesitan una vivienda y no la pueden comprar por falta de recursos.
